La masacre de Bocas de Aracataca, en febrero de 2000, y la masacre de Nueva Venecia y Buena Vista, en noviembre del mismo año.
Nueva Venecia, Buenavista y Bocas de Aracataca son poblaciones palafíticas de pescadores que viven sobre las aguas de la Ciénaga Grande de Santa Marta desde hace más de dos siglos.
Son comunidades que se destacan, así, por la vida y la cultura que han construido sobre el agua, resultado de un proceso de mestizaje desde la época de la colonia.
En el año 2000, estas poblaciones entraron a formar parte de la extensa lista de comunidades afectadas por la violencia en la región Caribe al ser el objetivo de dos de las más grandes masacres paramilitares ejecutadas en la zona: la masacre de Bocas de Aracataca, en febrero de 2000, y la masacre de Nueva Venecia y Buena Vista, en noviembre del mismo año.
El 22 de noviembre del año en mención un comando de las AUC al frente de alias ‘Esteban’ y autorizados por ‘Jorge 40’, más de 50 hombres penetran al amanecer al pueblo y asesinan a 37 personas y provocan el desplazamiento y la desaparición de otro centenar de habitantes.
Cinco lanchas llegaron al puerto, sus tripulantes, paramilitares, cogieron a los pescadores que iban llegando al puerto para salir de viaje y llevar pescado, los paramilitares obligaron a los pescadores que los llevaran a Nueva Venecia, a las dos de la mañana llegaron y comenzaron a dar vueltas por el pueblo, las personas que iban encontrando las iban asesinando a sangre fría.
A las cinco de la mañana las lanchas de los paramilitares atacaron frente a la iglesia, obligaron a 12 hombres a tenderse boca abajo en el suelo y los sacrificaron, posteriormente luego de saquear tiendas y almacenes, los paramilitares abandonaron el pueblo llevándose a 4 hombres que fueron encontrados muertos en los caños.
Los cadáveres que quedaron tendidos frente a la iglesia debieron ser trasladados posteriormente en lanchas.
El Centro Nacional de Memorias Históricas realizó un reciente informe, donde recoge la historia de estas comunidades, de los contextos y situaciones que rodearon la gestación del conflicto en la región, de las masacres allí perpetradas, el desplazamiento masivo de sus pobladores tras los hechos violentos y el retorno paulatino de estas comunidades a su lugar de origen.
Mientras en el caso de Bocas de Aracataca la población permanece desplazada, hay un retorno casi total a las poblaciones de Nueva Venecia y Buena Vista.
Este informe se ha propuesto rescatar, luego de 21 años de la tragedias, las razones que han conducido a este retorno, y acompañar a sus pobladores en el recuento de la historia de una cultura anfibia que se resiste a desaparecer en manos de la violencia y que reclama el derecho a vivir dignamente en su lugar de origen.